Bloguear es un placer carnal, sensual. Lo digo hace rato y nunca comprobé si mi cita tanguera es exacta o me mandé alguna reapropiación ilícita.
Bloguear es como nadar, como pensar en voz alta y como registrar cada movimiento propio y ajeno, interno y externo como si se fuera a acabar el mundo y debièramos dejar registro o como si mi memoria fuera a colapsar y debiera tener de dónde reconstruir los pedazos.
Amo bloguear. Este es el cuarto blog que creo, pero el primero colectivo. Nace porque nuestro grupo de docentes e investigadores nevesita poner en común experiencias y registrar procesos, así que hoy en lo de Ignacio Galán le dije: "¿Y si lo hacemos en un blog?" Ël se resistió un par de minutos, sólo un par. Y aquí estamos.
martes, 2 de marzo de 2010
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-¡Bien, Irupé! Interesante manera de poner el cuerpo.
ResponderEliminarQuizás, blogear sea un poco juntar las manos para que el corro escuche las palabras olvidadas o perseguir el sentido exacto de estas palabras para oír -alguna vez- el silencio.
¡Bien, Irupé! Acá estoy sin resitencias, con ansias de reconocer(-me) en el colectivo la unidad.
Cariños.
Qué grande! Viva mi poder de contagop bloguero.
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